Hay dos formas de conocer cosas, una es la que sabemos a través de las personas que nos rodean porque ellas nos dicen que son así, y otra es la que nosotros experimentamos por nosotros mismos.
Nuestros padres nos dicen cómo tiene que ser nuestra vida y también aquello que está bien o mal, y los valores que tenemos que tener.
Los maestros también nos dicen cómo aprender todo aquello que hay escrito en los libros.
Algunos escritores se preocupan de los jóvenes, nos dicen cómo se han indiganado contra aquellas cosas que consideraban injustas y como nosotros también debemos hacerlo con todo aquello que pensemos que es injusto y nos hace perder dignidad. Pero al final, aún equivocándonos mil veces, la mejor forma de aprender las cosas es hacerlo por nosotros mismos. Como dice Descartes tenemos que comprobar las cosas por nosotros mismos, pensarlas y luego decidir si son las verdaderas....
Claro, cada vez que nosotros decimos esto, los padres y todos los demás nos dicen ya verás que guantazo te vas a dar, te vas a arrepentir de esto o de aquello, verás si no haces caso no vas a tener bastante tiempo para ver como te has arruinado la vida ...
Nosotros necesitamos salir, conocer otras personas y otras cosas, que no significa que sean mejores que las que conocemos o tenemos, pero serán las que nos harán comparar, para decidir si seguimos pensando igual o no. Y solo entonces después de experimentar otras cosas, igual pensamos que los padres o los otros tienen razón.
Y si nos damos un batacazo, puede ser que sea lo peor y en ese momento nos hunda, pero seguro que nos servirá para aprender a pensar mejor las cosas...
Somos jóvenes, pero por mucho que se empeñen nuestros padres, maestros y todos los que nos rodean, tenemos que vivir, tenemos que equivocarnos, tenemos que buscar nuestras propias experiencias que nos ayuden a pensar y ver que es aquello que aceptamos y que no.
Todo cuenta, porque con esto no quiero decir que todo lo que nos dicen o sabemos a través de los demás no sirve, porque hay algunas cosas que siempre serán válidas para nosotros, pero para crecer y saber pensar hay que conocer por uno mismo...
Hay un escrito es de Mario Benedetti... Va dedicado a los jóvenes, porque este hombre de casi 90 años dice:
“Soy un poeta viejo y un viejo poeta, que en lugar de pensar, como muchos de mi generación, que los viejos somos sabios, me pregunto cada día que pasa, si el mundo no estará así porque no les dejamos paso a los jóvenes”
Y el escrito es este:
¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
también les queda no decir amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con memoria
situarse en una historia que es la suya
no convertirse en viejos prematuros
¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
les queda respirar / abrir los ojos
descubrir las raíces del horror
inventar paz así sea a ponchazos
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos
y con el sentimiento y con la muerte
esa loca de atar y desatar
¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
también les queda discutir con dios
tanto si existe como si no existe
tender manos que ayudan / abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno /
sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente.
Pilar Martínez 1º Bach b.
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